En este se enfatiza que Nicaragua se esta convirtiendo en el líder en la atracción de la inversión extranjera: Por ejemplo, empresas brasileñas con la inversión de $ 5 millones comenzó los estudios para la construcción de un puerto de aguas profundas en el Atlántico nicaragüense con una inversión inicial de $300 millones y que seguramente será la competencia del atrofiado puerto Cortés, presa de la corrupción y el saqueo: En el mismo se dice sobre la implementación de “Políticas agresivas” para construir una imagen positiva del país ante el mundo:
Nosotros los hondureños las únicas políticas agresivas que conocemos son las de la Resistencia
Al país hermano están acudiendo inversionistas de China Continental, de Taiwán, EE UU, Chile, Perú, Panamá, Canadá, México, Europa y Centroamérica. En Nicaragua funciona verdaderamente el Régimen de Zonas francas donde se están invirtiendo más de $ 400 millones: El sector textilero está en pleno desarrollo con el apoyo de la empresa privada. Total, que muchos de esos inversionistas expresan: “Este es un gran país para invertir, el costo de producción es bajo, se tiene un compromiso de trabajo sin conflictos laborales y un clima de seguridad… ¿Quién podría decir esto de Honduras actualmente? Si aquí las zonas francas quedaron en el papel solamente, las maquilas se están marchando hacia Nicaragua, la empresa privada esta agarrada de las greñas con el gobierno que los culpa de todos sus males y el ancestral pleito entre trabajadores y empresarios: La policía manejada por el crimen organizado y un gobierno, que si bien es cierto que recibió un País saqueado, no ha dado un ejemplo de fortaleza y dirección y en aras de la reconciliación se ha dedicado a fomentar la impunidad perdonando a los saqueadores de los bienes del pueblo y a suplicar de rodillas que nos den limosna aquellos que nos humillaron y despreciaron.
Reflexionando sobre esto solamente nos cabe preguntarnos: ¿Quién o quienes están interesados en destruir a nuestro país? ¿A quien o a quienes hay que poner en orden o tras las rejas? ¿O es acaso que debemos retornar a los gobiernos de fuerza para tener orden y respeto a la vida y los bienes y a la Seguridad? Que Dios nos agarre confesados. Decía Aristóteles: “No conocemos lo verdadero si ignoramos la causa”.