Villa de San Francisco, Franciso Morazán, Honduras

martes, 22 de septiembre de 2009

DROGAS LEGALES: TABACO II PARTE


LAS MUJERES Y EL TABACO

RESUMEN
El porcentaje de mujeres fumadoras está aumentando en todo el mundo. Si persisten los patrones actuales de fumar entre las mujeres, el número de muertes continuará creciendo de modo acusado en el próximo siglo. Es posible que en un futuro cercano fumen más mujeres que hombres entre la población adulta. El impacto que tiene fumar cigarrillos en la salud de las mujeres, los patrones de consumo actuales entre las mismas, los factores especiales que influyen en que fumen y las dificultades que tienen cuando consideran e intentan dejar de fumar.

MOTIVOS DE LAS MUJERES PARA CONTINUAR FUMANDO
Aunque muchas mujeres se consideran a sí mismas adictas y sienten aversión a fumar, los cigarrillos producen efectos físicos, psicológicos y sociales que hacen que sigan fumando. La ausencia del conocimiento acerca de los peligros de fumar para la salud, aunque no es una razón fundamental, puede no obstante contribuir a que algunas mujeres fumen.

Las mujeres, al igual que los hombres, en parte fuman debido a las propiedades adictivas de la nicotina. En 1988, en el informe del Surgeon General de Estados Unidos, indicaba que fumar reunía todos los criterios para considerarlo como una adicción (consumo compulsivo, efectos psicoactivos, dependencia física).

Al igual que otras sustancias psicoactivas de abuso, la nicotina produce efectos que el fumador puede considerar beneficiosos. La nicotina intensifica los sentimientos de bienestar, produce activación o relajación, ayuda a mantener la atención, ayuda a controlar el peso y el apetito y reduce la ansiedad. Las mujeres también pueden fumar para tener tiempo para sí mismas, para facilitar la interacción social y como una fuente de placer y confort.

Hay otras razones que pueden impulsarlas a continuar fumando tales como tener una sensación de autonomía, o como medio de autodefinición, o para dar imagen de frialdad, de difícil, desafiante, sexi y esbelta. Es más probable que las mujeres fumen si sus apoyos sociales significativos también fuman.

PATOLOGÍAS EN LA MUJER Y SU TRATAMIENTO

La más conocida y mejor documentada de estas patologías es la depresión. La depresión puede influir en que las mujeres dejen de fumar por varias razones:

1) la depresión es dos veces más común entre las mujeres que en los hombres; 2) hay una asociación entre fracaso al dejar de fumar e historia de depresión mayor y afecto negativo; 3) dejar de fumar es más difícil en determinadas fases del ciclo reproductivo, fases en las que hay un aumento de la disforia; 4) determinados subgrupos de mujeres presentan un riesgo elevado de tener depresión (menos nivel educativo). La terapia farmacológica o psicológica, ya sea combinada o sola, presentan resultados alentadores. También es más probable que las mujeres que fuman tengan más trastornos de ansiedad y de bulimia que las no fumadoras.

FACTORES QUE DIFICULTAN EL ABANDONO DE LOS CIGARRILLOS
Hay tres factores fundamentales que pueden ser un obstáculo para que una fumadora abandone los cigarrillos:

1) afrontamiento del afecto negativo; 2) obtener apoyo social: y, 3) controlar el peso corporal. El estrés y /o el afecto negativo provocan más recaídas en las mujeres que en los hombres.

CONCLUSIONES
En síntesis, mientras hay evidencia de que existen diferencias en algunos factores fisiológicos, psicológicos y conductuales entre las fumadoras y los fumadores, no está claro si estas diferencias influyen en la capacidad de dejar de fumar o permanecer abstinentes.

Los datos de los primeros estudios apuntaban a que las mujeres fumadoras lograban peores resultados al intentar dejar de fumar.

El consejo para dejar de fumar es una intervención que produce efectos beneficiosos y es una intervención con una relación coste-efectividad muy favorable. Incluso dar consejo breve es beneficioso y se debería utilizar si no se pudiese llevar a cabo un consejo más intensivo. Las intervenciones psicológicas conductuales intensivas consiguen buenos resultados tanto en mujeres no embarazadas, como en mujeres embarazadas.

La historia de fumar en los hombres está condenada a ser repetida en las mujeres, a menos que los profesionales se impliquen seriamente en este tema. El desafío ahora es determinar si la eficacia de las intervenciones pueden ser intensificadas todavía por aproximaciones más especializadas, basándose en la mejor comprensión de las diferencias individuales.

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